Ella llora porque no estuvo en el diluvio
su corazón que debía estar empapado
ahora sirve de oasis a un desierto
“¿Porqué las semillas no vienen como balas?”, preguntó
Si atravesar tu carne nunca fue lo mío
y verme sufrir tampoco fue lo tuyo
Es la culpa del movimiento de rotación el despertar
en la misma tutela y comer la misma cantidad de
halagos con las que fuiste invocada al cielo…
Él era otro esqueleto imperial roto y profanado
tenía en mente algo que no era algodón
pero debía contener la hemorragia y la flema
Señor del costal, el tacto es sagrado.
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