domingo, 27 de enero de 2008

Matricúlate a mi verano y aprende a ladrarle al sol


Ahora sí el verano llegó y a algunos el sol nos jode más que nunca y a otros nos hace querer competir con él por luminosidad, pero al fin y al cabo el verano sólo quiere durar dos o tres meses a lo mucho y no hay mal que por bien no se entretenga. Es además un hecho de la vida real que ell verano no está en la playa ni en la ciudad ni en el Cusco, está en nuestras mentes pobladas de paletas Ártika y shotcitos reveladores con olor a corazón. La vida es pues un verano más eterno y hay que saber a qué distancia de la sombrilla nos conviene estar para poder replandecer... En fin, en mi caso ya me di cuenta de qué es lo que quiero que trate mi ladrido si febrero me quiere tratar con humildad. Lo primero que haré será buscar reafirmar mi vigésima niñez y esperar a que alguien corrompa mi segunda virginidad. Será fácil creo si no muerdo a nadie que no quiera llevar la huella de mis dientes, y si alguien quiere que le contagie de rabia, le diré que yo sólo porto el germen de la sonrisa y el buen amor y que probablemente quiera enfermarme a su lado y seamos los dos un tres que se multiplique por seis y se divida entre veinticuatro horas plenas de movida fatal. LETS THE SUMMER BEGINS!! (bájense estas canciones pa' calentar)

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